marzo 1, 2022

Mi dificultad social

Desde el año y medio mi madre identificó que no era un bebé igual que los demás, me costaba realizar las experiencias propias de imitación, de gateo, de mirar fijamente a mis papás, pero yo nunca dejaba de sonreír, era muy feliz. En el parque mis amiguitos no se habían dado cuenta de mis carencias y seguían jugando conmigo, pero el tiempo, los años pasaron, y poco a poco se fueron apartando de mí.

Cada día noto la sonrisa y el amor de mi padre, mis hermanas y mi madre que me ayudan a seguir sonriendo y a desarrollar todas mis capacidades, pero poco a poco me siento sólo en mi entorno cuando me separo de ellos. En cada actividad, del cole, de pintura, de música… que realizo he de esforzarme el doble que el resto de mis iguales, y aunque soy un luchador, muchos días me levanto cansado, no tengo ganas de seguir escuchando que esté quieto, que no haga aspavientos porque no son propios de un niño de mi edad, que no tire la leche cuándo no lo hice adrede, que me tranquilice cuándo tengo ganas de explotar, que lea alguna frase que no me interesa nada, que escriba correctamente mi nombre, que intente jugar con esos niños que ya me han rechazado varias veces, no me siento capaz.

Sigo sonriendo porque soy feliz pero hay muchos días que no lo consigo porque veo como mis compañeros son invitados a casa de otros y a mí nunca me invitan.

Sigo sonriendo porque mis hermanas juegan conmigo pero veo como muchos días no me gusta que ellas quieran jugar a cosas que yo no entiendo y me he de ir solo a mi habitación a intentar jugar solo.

Sigo sonriendo porque veo como mi madre se emociona por cada avance que hago pero hay días que la veo llorar porque no sabe cómo hacer que tenga amigos.

Sigo sonriendo porque mi padre es un superhéroe y cada día me recoge y me lleva a los miles de médicos y terapias que necesito, pero hay días que le miro y le noto cansado.

Sigo sonriendo porque tengo gente a mi alrededor que me entiende y sabe cómo sacar mi potencial pero hay momentos en los que me gustaría no haberles conocido y estar en el parque jugando y no con ellos trabajando.

Soy un niño y me cuidan para que siga siendo un niño feliz y desarrolle mis capacidades pero cada día siento que no entienden que soy un niño, que tengo un ritmo muy lento, pero soy un niño, que me cuesta comprender las reglas del fútbol, pero que soy un niño como ellos y me gustaría jugar con ellos, que me cuesta escribir y leer, incluso hablar bien, pero soy un niño y me encantaría conocer sus juguetes y me enseñaran a jugar con ellos, que puedo correr por toda una casa investigando sin parar y terminar rompiendo algo, pero soy un niño y lo que más me gusta es investigar y conocer cosas nuevas.

Hola a todos, quería contaros esto para que por favor, si detrás de vuestros hijos veis a niños solitarios, que vuestros propios hijos no saben bien cómo actuar con ellos, explicarles que son sólo niños como ellos, que quieren jugar, ser sus amigos, pero que no saben cómo, que tenemos dificultades para comprenderlos pero que con sólo preguntarnos si queremos jugar somos felices aunque luego no seamos capaces y nos quedemos sonriendo mirando cómo juegan. Estoy seguro que algún día seré uno más y yo mismo podré explicarles qué me pasa pero hoy no lo consigo, todas vosotras me ayudáis mucho en mi día a día.

De Daniel en boca.

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